Muerde fuerte

Miguel Ángel Mendo

1

Muerde fuerte

no vas a tener siempre dientes

muerde hasta la sangre

escúpela

y vuelve a morder

2

Muerde fuerte

Gritar duele más

3

Muerde fuerte

que un sublime esplendor

azogue tu garganta

e inflame tu pecho

que el placer

te expanda en galaxias

4

Muerde fuerte

la raíz ponzoñosa

amarga como tu vida

y espera

con ese sucio rictus tuyo de desdén

el horror

de los espasmos

5

Muerde fuerte

amor infame

muerde

mi labio anhelante henchido de sangre negra

tu arrebatadora crueldad…

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Mira, Aparicio, cacho cabrón…

Miguel Ángel Mendo

1

Mira, Aparicio, cacho cabrón, ya llevo más de nueve meses viviendo más que tú, ¿te enteras?

Y tan campante que estoy, para que te jodas. Sí, he sufrido un poquito, y un muchito, algunas cosejas de esas de amores y desamores, y de soledades y atiborramientos (que no sé qué es peor), como sabes perfectamente, pero mira, chaval, aquí ando, respirando, diciendo tacos, dando patadas a las piedras, pegando gritos y comiendo langostinos como un rey. A veces.

¿Que no…

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Mi mano izquierda

Miguel Ángel Mendo

—Que mi mano izquierda no tenga que saber lo que en su lugar haría la derecha.

—Que mi mano izquierda escuche con serenidad los reproches de mi mano derecha.

—Que mi mano izquierda descubra su modo de ser mano izquierda.

—Que mi mano izquierda acuda en ayuda de mi mano derecha, como siempre.

—Que mi mano derecha sepa callarse cuando habla mi mano izquierda.

—Que mi mano izquierda esté dispuesta a aprender, sin pereza, lo que no sabía hacer.

—Que mi mano izquierda…

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Soy lluvia

Miguel Ángel Mendo

SOY una lluvia terca, amiga de barrizales, serena agua para encharcarse, tamborileadora, saltarina, que con sus chispitas celebra el día sencillamente. Regocijo de hormigas soy, y de escarabajos, y de margaritas. El campo entero es mi casa abierta, mi madre, mi hogar de regreso tras enrevesadas vicisitudes sin nombre en los altos cielos.

SOY una lluvia menuda, atravesada, preñada de mil relámpagos de gloria, lluvia de nube oscura, altiva y fecunda, lluvia…

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Cinco microrrelatos

Miguel Ángel Mendo

Cuando fui a llevarle el biberón me ofreció un

cigarrillo. “En este cuarto no se puede fumar”, dije.

Y se puso a llorar de nuevo.

* * *

Estaba muy enfadada porque nadie se había

percatado de que el ataúd era demasiado pequeño

para ella.

* * *

Me gritó, pero cuando me volví a mirarle ya era

demasiado tarde. Se había transformado en otra

persona.

* * *

Le  disparé al corazón. Antes de exhalar su último

aliento me pidió un  favor y me hizo jurar que lo llevaría

a …

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“Istambul Summer Morning”

Miguel Ángel Mendo

Tenía Benito una mañana nueva en su billetera de piel, bien dobladita, entre una invitación que nunca usó para la discoteca Tiffany’s, el carnet de identidad y el teléfono de aquella chica en un trozo de servilleta de papel, con sus propios números, grandes y medio absorbidos por la celulosa. Había también, en otro apartado de la cartera, un billete de quinientas pesetas azul, de cuando había billetes de quinientas pesetas, una foto de Photomatón con Manolo,…

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Soy un espíritu errante

Miguel Ángel Mendo

Soy un espíritu errante que busco la cercanía de lo humano para no aterirme en mi terrible frío interior, cruel descarnadura que, si tuviese que describirla de alguna manera, la compararía a la vergüenza, a la permanente humillación, a la ausencia de cualquier atisbo de misericordia. Me refiero, naturalmente, a la vergüenza, a la humillación y a la misericordia tal y como yo las recuerdo.

Es imposible aceptar esta soledad tan radical. Es un consuelo que compartamos…

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Soy una tierna mirada

Miguel Ángel Mendo

Soy una tierna mirada que se posó ayer en tu mejilla y que aún chisgarabatea por entre tu pelo y el lóbulo de tu orejita, y que se ha quedado enredada entre los recovecos de tu querido rostro, mi amor.

Soy un beso inmortal, callado y pequeño como una flor amarilla, sin olor pero sedosa y tenue, que rozó tu piel un minuto feliz, ya para siempre imborrable y feliz.

Soy la curva de la boca de tu sonrisa que necesariamente se expande hasta la lámpara, la ventana y más allá,…

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Soy un abrazo perdido

Miguel Ángel Mendo

SOY un abrazo perdido en el andén de una estación. Un abrazo ambulante que no sabe volver a casa: no sé cuál es mi casa. Tanta emoción, tanta intensidad flotando en el aire, traspasado por los vientos gélidos que vienen de aquel extremo del andén, del extremo frío y soleado por donde entran los expresos que vienen de la capital… No quiero desaparecer. No puedo. Soy una promesa, un juramento, un ansia de felicidad, una verdad irrebatible, y me siento demasiado responsable:…

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Soy un puñal atrapado en una herida

Miguel Ángel Mendo

Soy un puñal atrapado en una herida. Lo siento, sí, no tengo excusa: herí. Busqué el calor de la muerte, el negro resplandor de su morada por entre las claras carnes de mi víctima. Reconozco que hice bien mi trabajo y me bañé en un sedoso lago de sangre, como ansiaba desde que nací. Para eso nací.

Pero no esperaba este recibimiento, sinceramente. Mi acero rechaza la idea, y más aún esta sensación tan insoportablemente voluptuosa, de haber sido acogido con satisfacción…

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