La frontera de Dios

Arturo Lorenzo

A mi amiga Bouchrail Echaoui,

que siempre pregunta por cosas que a los demás no parecen interesarles nada.

Dejo al azar la fortuna de ser mi guía.

A estas alturas no imagino que los creyentes tengan en cuenta si Dios podría ser el azar o la necesidad. Pero Lutero, el artífice de la más enorme frontera de la cristiandad, apostó decididamente por el azar, al que él, dramáticamente, llamaba fe.

¿Qué debe hacer un hombre que descubre que las doctrinas papistas son contrarias…

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Arqueología del fracaso

Aproximación a la vida y obra de Torrente Malvido

Arturo Lorenzo

Al Ángel caído

¿Qué mano de escultor te habrá forjado

que así dio a tu caída aire de vuelo (…)

Gonzalo Torrente Malvido

Ahora hay españoles que se llaman Munir Hachemi, por ejemplo, cosa impensable hace 30 o 40 años. Iba a decir que esto son consecuencias de la emigración, legal o clandestina, pero no es así.

Son cosas propias del intercambio de culturas que se han producido desde la noche de los tiempos. Muy distinto …

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Hogar imaginario

Arturo Lorenzo

​En una tarde quieta de antaño me vi sorprendido por los recuerdos. Yo era tan pequeño que es difícil imaginar que un ser minúsculo, que apenas empezaba a saborear la vida, fuese capaz de tener recuerdos. Así que el recuerdo quizá es de hoy, haciéndose uno a la idea de sí mismo en tan lejana presencia.

Mi abuela cocinaba, en su isla de carbón y placas de hierro frío, un puchero de esos simples y felices con los que se acomodaba toda la familia en torno a una mesa en la que jamás…

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La luna se escribe despacio

Arturo Lorenzo​

Hace aún frío en esta mañana de junio en Madrid. Hay un temor de auxilio y distancia, una respetuosa prudencia discreta a pesar del ruido de sables que manejan los políticos, gente ominosa y prescindible. La sombra de la sospecha se alargará durante meses. Tal vez nunca desaparezca. Es como el SIDA pero con la cruel realidad de sin relaciones. ¡Qué devastación gratuita contra el amor libre y qué aniquilación contra el de pago! ¡Qué ingenua soberbia la de creer que…

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La luna duerme sola

Arturo Lorenzo

​A  veces, la verde y sangrienta luna nos devuelve a la melancolía criminal de las calles vacías por las que antes circularon gentes que un día  incluso llegamos a amar, o nos devolvieron un gesto de agradecimiento al cederles el paso o desearles un verano feliz de mares abiertos y soles  perpetuos.

A veces  llega la noche y el sueño se resiste dejándonos a la luz de la sangrienta luna de Borges, aquella que iluminaba su cara ciega en las calles…

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Defunciones inducidas

Arturo Lorenzo

​El otro día paseaba yo por uno de esos barrios periféricos de Madrid con ánimo de ver qué se cuece en ellos. Hay varios, hay muchos. Madrid ha crecido tanto que ha dejado de ser aquel poblachón manchego del que habla toda la tradición galdosiana para convertirse en algo mucho peor.

Valparaíso de la Fortuna es una barriada setentera en la que los poderes públicos de entonces quisieron convertir un poblado de absorción de emigrantes en una urbanización de lujo a precios…

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Aguacero

Arturo Lorenzo

​Un día de Madrid de no sé qué año me sucedió algo indescifrable. El cielo se descompuso y estuvo lloviendo rabiosamente hasta el atardecer. Debía ser finales de otoño, porque anocheció pronto.

​Como por ensalmo, tras el intenso aguacero la noche se despejó y, de vuelta a casa, entre los sombríos edificios punteados de luces domésticas, aún me dio tiempo de ver el cielo inflamado de pálidas estrellas. Lo interpreté como un augurio propicio, tal vez no todo está …

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Guerra interior

Arturo Lorenzo

​Bajo el cielo de Moscú flota una fina capa de fósforo antiguo que ilumina el averiado corazón de quienes maldicen de una guerra que, no siendo suya, se les ha metido en casa a través de ese metro imperial y soviético que antepasados recientes construyeron para dar envidia a los trabajadores del mundo libre.

Para quienes hemos llegado, traspasado o a punto de hacerlo, al umbral de los setenta años, haber vivido sin guerras parece un golpe de fortuna que, de puro raro,…

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El mundo roto

Arturo Lorenzo

¡Cómo es de azul el cargo sabroso de tus caricias!

¡Cómo se fríe la lluvia de tus lágrimas en el sol impuesto del mediodía!

Así es como me llama tu traidora melancolía hacia las riberas suicidas donde

se agostan los helechos.

Nadie sabe la deplorable suerte que corren los ancianos

cuando se hunde el mar, ni la algarabía del infierno cuando los hijos de la envidia

redimen un ángel caído.

¿Para qué apostar por los perdedores cuando ya nos han vencido

y el mar se agita bajo…

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Oraciones vacías

Arturo Lorenzo​

¡Cómo es de azul el cargo sabroso de tus caricias!

¡Cómo se fríe la lluvia de tus lágrimas en el sol impuesto del mediodía!

Así es como me llama tu traidora melancolía hacia las riberas suicidas donde

se agostan los helechos.

Nadie sabe la deplorable suerte que corren los ancianos

cuando se hunde el mar, ni la algarabía del infierno cuando los hijos de la envidia

redimen un ángel caído.

¿Para qué apostar por los perdedores cuando ya nos han vencido

y el mar se agita bajo…

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